miércoles, 2 de diciembre de 2009

Tierra ajena

Entonces Jehová
dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en
tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos
años.
Génesis 15:13

Sin duda una afirmación muy desalentadora para cualquiera y mas tratándose de tanto tiempo.
Cuatro generaciones estarían fuera de su tierra sirviendo en condiciones muy adversas y con trabajo extremo.
Dios ya le había advertido a Abram que su descendencia estaría cautiva en Egipto
400 años, El porque, solo Dios lo sabe, seria porque los habitantes que en esos momentos habitaban la tierra prometida todavía no habían pecado demasiado para ser expulsados de ella o porque Dios necesitaba madurar a su pueblo para que se dieran cuenta de la herencia que iban a recibir mas delante.
Sabemos que Dios mira mas adentro y que no hay para El nada oculto, De alguna forma Dios ya sabia que la descendencia seria cautiva y no porque una nación los atacara y los venciera y se los llevara para servirles, no, sino por el hambre que azoto a toda esa zona en ese tiempo.
Y los hijos de Israel (Jacob) tuvieron que bajar a Egipto por comida y ya de todos es muy conocida la historia de José el soñador, de cómo Faraón lo pone por encima de todos los egipcios menos de El,
Pero dentro de toda esta bonita historia hay algo que Dios quiere mostrarnos, esta
Historia esconde una enseñanza muy importante, Le pido a Dios me de sabiduría para poder narrarla como es debido para que la enseñanza en ella sea objetiva y no se pierda su mensaje.

Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí.
Y ellos se acercaron.
Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.
Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.
Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega. Génesis 45:5-6

Pero también leemos una palabras que José dijo a sus hermanos
Y cuando Faraón os llamare y dijere: ¿Cuál es vuestro oficio? entonces diréis: Hombres de ganadería han sido tus siervos desde nuestra juventud hasta ahora, nosotros y nuestros padres; a fin de que moréis en la tierra de Gosén, porque para los egipcios es abominación todo pastor de ovejas.
Génesis 46:33-34

Aquí claramente leemos que deliberadamente José les estaba diciendo a sus hermanos que le mintieran a Faraón, porque sabía que los egipcios despreciaban a los pastores y de alguna forma no quería quedar mal con Faraón.
A pesar de lo importante que fue su intervención en Egipto por causa de la sabiduría que Dios le dio para revelar lo que vendría.
Yo quiero hacer notar que muchas veces Dios en su amor nos esconde del enemigo y sus ataques y lo hace escondiéndonos en el mismo mundo y el enemigo nos anda buscando en el reino, es como escondernos dentro de la boca del lobo, pero Dios lo hace temporalmente y a veces nosotros no captamos el pensamiento de Dios y lo que era para un rato se nos vuelve nuestra tierra y ahí nos quedamos no dándonos cuenta que esa no es nuestra tierra prometida, ni lo que Dios quería para nuestras generaciones y lo que un día nos produjo satisfacción otro día nos causa cautividad y esclavitud, dos consecuencias que en ningún momento Dios quería para su pueblo.

LA TIERRA AJENA
Siempre que Dios nos ofrece algo, surge un ofrecimiento de la parte contraria;
Siempre que Dios inicia una obra, el enemigo de Dios y enemigo nuestro, hace una imitación de aquello para intentar confundirnos.
Nos conviene saber que en las Escrituras no existe sólo; “ la buena tierra ”, sino también “ la tierra ajena ”.
Al dar una mirada a la concordancia de la Biblia es interesante observar que en el antiguo Testamento hay fundamentalmente tres sustantivos a los cuales se aplica el adjetivo ajeno o ajena.
Ellos son: LA TIERRA, DIOSES, MUJER; la expresión; tierra ajena aparece en un interesante versículo de Génesis 15; que nos servirá de base para nuestra reflexión; en tanto la regencia a los dioses ajenos aparecen en muchos lugares del Deuteronomio y de otros libros, como solemnes advertencias a Israel para no tener otros dioses delante de sì.
La referencia a la mujer ajena por su parte aparece en tres lugares del libro de Proverbios, para advertir al hombre acerca de los peligros de la mujer extraña.
(2:16; 5:20; 7:5).
Tanto las referencias a los dioses como a la mujer; sugieren la idea de adulterio, deslealtad, o traición de los afectos mas íntimos.
Cuando el Señor advierte a Israel acerca del peligro de los dioses ajenos, su llamada parece ser la de un marido que demanda fidelidad a su esposa. Similar es la exhortación en Proverbios para que el hombre no busque el amor de la mujer extraña, porque ello supone una deslealtad a la mujer propia, y porque al atractivo inicial de esa relación sucede un final trágico.
En el capitulo 15 de Génesis, Dios hace un pacto con Abraham.
El mismo día del pacto, Dios le profetiza la suerte de Israel en los próximos años
(Gen. 15:13-14) Nosotros sabemos, por la historia posterior, que esa tierra fue Egipto.
El mismo Abraham tuvo que probar en carne propia lo que significa morar en tierra ajena, y padecer las fatigas correspondientes. De hecho, ya lo había probado antes de que Dios hiciera con el este pacto y le dijera esta profecía.
Cuando el hambre había amenazado a Canaan, Abraham se había apresurado a bajar a Egipto. Aquel fue un bochornoso episodio, con Sara expuesta en el palacio de Faraón, y con la criada egipcia, Agar volviendo con ellos desde Egipto, motivo y causa de tantos males posteriores.
Agar la egipcia fue la herencia de Egipto en la vida de Abraham y de su familia.
¡Cuántas zozobras y dolores, cuanta sangre y lagrimas vinieron por ella!
Abraham sintio en su misma carne el dolor de lo que significa morar en tierra ajena.
Después de lo sucedido con Faraón, Abraham rápidamente vuelve a Canaan y retoma el lugar en que Dios le había bendecido, entre bet-el y Hai.
Abraham se apresuró a recuperar la comunión interrumpida con Dios.
Porque Egipto siempre nos cierra el cielo; y las palabras de Dios y su consuelo ya no nos asisten. ¡Que estupor, que desconcierto! ¡Cuánta soledad hay allì!
Hay algunas cosas que podemos provechosamente extraer de este pasaje de Genesis 15 y de su riguroso cumplimiento en la historia de Israel.
TIERRA AJENA significa ESCLAVITUD.
Conforme a lo dicho por el Señor, la descendencia de Abraham habría de ser esclava en tierra ajena. Es necesario que asociemos estas dos ideas:
TIERRA AJENA Y ESCLAVITUD. Siempre en la tierra ajena hay esclavitud.
Donde quiera que miremos, cualquiera que sea la tierra ajena, halaremos lo mismo.
Tras una libertad aparente, hay gruesas cadenas. En cambio, ¿Dónde se respirara más paz que allí donde los ojos de Dios se posan para mirar y cuidar? ¿Dónde sino en Cristo encontramos feliz reposo y paz verdadera? ¿Quién sino Cristo es escondero contra el viento, refugio contra el turbión, arroyo de aguas en tierra de sequedad, y sombra de gran peñasco en tierra calurosa? (Isaías 32:2)
Israel estuvo en Egipto 400 años y muchos de ellos fueron de esclavitud.
Esa es la fría realidad. Aunque Israel haya llegado allá en medio de grandes honras, finalmente fue hecho esclavo.
No importa cuan halagüeños hayan sido sus comienzos; su final fue de muerte.
La tierra amable se le trocó en tropezadero y escarnio.
¿No es esto también el mundo del cristiano? Puede recibirle con una sonrisa amable,
Y otorgarle algunas honras por algún tiempo, pero muy luego experimentara una metamorfosis hasta mostrarle su verdadero rostro.
Israel llegó a Egipto por causa de José. Pero Egipto amó a José, no amó a Israel.
Y lo que amo en José no era lo que él significaba tipologicamente, muy lejos de eso, sino que amaba su propio bienestar, su supervivencia. José significaba para Egipto la salvación de la debacle y el descalabro. Así lo entendió Faraón cuando le dio autoridad para administrar su imperio. Lo que Faraón buscaba era mantener a flote el imperio, no exaltar a José. Muerto José y su amo Faraón, las cosas cambiaron, y volvieron al cause normal y lógico: Ellos eran unos extranjeros, con formas de vida y creencias irreconciliables. ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas?
El amo que gobierna el mundo hoy no es menos cruel que Faraón en aquellos días terribles. Al contrario, es el padre de toda crueldad, y violencia y maldad de quien Faraón aprendió algunas de sus atrocidades. Satanás esta muy representado en Faraón por su dureza de corazón y su crueldad infinita.
El amo que gobierna el mundo es Satanás y muchos hijos de Dios esta a expensas de el, ignorando voluntariamente que detrás del sistema aparentemente inocuo del mundo esta aquella mente perversa.
Siempre Egipto “el mundo” acarrea los juicios de Dios.
El mundo caerá indefectiblemente bajo el azote de Dios, y si por desgracia hubieren allí en ese momento, entremezclados, algunos hijos de Dios, no quepa la menor duda que sufrirán también los dolores que vendrán.
La tierra ajena es todo lo que esta fuera de Cristo.
¿Qué es la tierra ajena para nosotros? Es todo lo que esta fuera de CRISTO.
Sea lo que sea, parezca lo que parezca, por muy atractivo que sea su envoltorio,
Todo ello es tierra ajena, por tanto, es tierra de esclavitud y esta expuesta a los juicios de Dios.
Puede atraernos con las más sutiles y convincentes razones (como cuando el hambre amenaza Canaan), puede ofrecernos un paraíso en la tierra, puede hacernos creer que no se contrapone a Cristo, que incluso puede ayudarnos a caminar mejor con él, sin embargo, todo argumento no es mas que vana argucia y hueca sutileza.
La tierra ajena puede hacernos creer que sus frutos son tan deleitosos como los de Canaàn, y que los podemos obtener más fácilmente.
Puede mostrarnos cierta nobleza, una cierta clase de atención, la calidad de sus materiales, comprobaremos su carácter quebradizo y común.
Nada de oro hay allí en esos montes, ni tampoco hierro ni cobre.
Todo es vulgar y perecedero. Todo es un espejismo, un mero fuego fatuo.
¿No son estos peligros suficientes para rechazar las fascinaciones de la tierra ajena? Nuestros ojos necesitan urgentemente ser ungidos para ver que Dios ya ha juzgado a este mundo (los juicios de Egipto ya se acercan) y también al príncipe de este mundo (Juan 16:11).
Que nuestros ojos sean ungidos para ver que nosotros nada tenemos en este mundo, y que él nada tiene en nosotros. ¿Qué paz hallaremos allí? ¿Qué identificación podremos tener con él si dio muerte a nuestro Señor? ¡OH, el mundo es ajeno para nosotros! No nos pertenece, no es nuestro lugar, somos de otro mundo, pertenecemos a otra tierra.
Entre nosotros y el mundo “ajeno”; hay un insalvable abismo de distancia.
En la buena tierra tenemos todo lo que necesitamos en el tiempo presente.
Cada día descubrimos nuevas riquezas, y nuevos gozos en Aquel que ama nuestro corazón. ¡Que ofensa seria para nuestro amado salir de él para ir al mundo!
¡Que necedad desechar la más hermosa de todas las tierras para ir a Egipto de nuevo! Permítanos el Señor ver el mundo con los ojos que Dios lo ve, ciertamente con misericordia para los que allí están cautivos, pero también con un rechazo creciente hacia el enloquecido sistema que lo gobierna, y que cada día se opone mas a él.



“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo,
y están escritas para amonestarnos nosotros,
a quienes han alcanzado los fines de los siglos”
1Corintios 10:11



Juan F Stenner O.
19 de mayo de 2009